divendres, 22 d’agost del 2008

Porque los tiempos cambian y no podemos hacer nada. Aunque queramos detener el reloj al que llamamos vida, no podemos. No está a nuestro alcance. Pero la humanidad es asi de... ¿ignorante? ¿inocente? Queremos e intentamos que el tiempo nos dé una tregua. Una tregua para poder disfrutar de cada momento especial. Una mirada, una caricia, una noche, un coche, una sonrisa, un apretón de manos, una conversación...
Y es que pensar que hace tres meses las cosas eran TAN diferentes a ahora... me asusta. Me asusta no saber que me deparará el futuro, el mañana. ¡Me asustan tantas cosas! Pero no podemos hacer nada, el destino está escrito desde que nacemos (o al menos, eso dicen) y no podemos cambiarlo, ni detenerlo. Nada.
Impotencia, eso es lo que siento, cuando me paro a pensar profundamente sobre el destino y el camino de mi vida. Al saber que no puedo hacer nada, no puedo cambiarlo y menos aún ser la dueña de mi vida. Pero, si no soy dueña de mi vida, ¿qué me queda? Disfrutar. Disfrutar de esos momentos en los que nos gustaría congelar el tiempo. ¡Carpe diem, señores!

1 comentari:

Elisa ha dit...

LauuuRaaa!! :D

Soy la María con el blog de lo del TR T___T

Que te vaya bien la operación fea :P


Pasaba valee??? ^^


TeeQiieeeRooo